No fue cualquier miércoles aquel 06 de Mayo del 2009, para el mundo Culé y los amantes del buen fútbol internacional.
Pensaba que al llegar el día, mi angustia y espera de una semana acabaría una vez pitado el inicio del partido, donde el Barça se jugaba vs el Chelsea, la vuelta de semifinal de la UCL 2009.
Mal sabor de boca me había dejado el partido de ida en el Camp Nou, donde el resultado final fue empate a cero, no merecido para los culés, pero real, obviamente un resultado favorable para el Chelsea.
El equipo del magnate Ruso Abramovich, para entonces se había convertido en un rival especial para el equipo Catalán.
Pero el Barça fiel a su estilo de equipo grande, nos había entregado días atrás la mejor medicina para contrarrestar esa angustia y transformarla en euforia y entusiasmo, ese obsequio fue aquel 2-6 inolvidable propinado al Real Madrid en el mismísimo Santiago Bernabeu …ya les contaré como viví ese episodio en mi próximo blog.
De todas formas, el encuentro en Stamdford Bridge se presentó más complicado de lo esperado para los culés y por mi parte el manicure hecho hace un par de días quedó para el olvido, puesto que no me quedó uña viva sin sentencia jaja.
Ese día me encontraba en compañía de un grupo de amigos y entre ellos un fanático Blue y Merengue "que combinación de hincha", con quién muy segura de mi equipo acepté la apuesta propuesta, que consistía en pagar la cuenta del Bar y vestirse con la playera del equipo contrario.
Essien, con su gol estuvo a punto de poner a tambalear mi economía, y eso era lo que menos me preocupaba, la idea de vestirme con la playera Merengue era lo que realmente me mortificaba.
Nunca perdí la confianza en el equipo y algo me decía.. vamos que empatamos, el Barça fue mejor y se lo merecía, hasta que cerca del minuto 91:30 inició la jugada que convertiría a Essien en villano con su falla al despejar el balón, a Messi en el mejor pasador del mundo "entre otras cosas" y a "Don Andrés" Iniesta con su remate con pierna derecha batiendo a Cech ...en héroe blaugrana.
Así llegó el minuto 92:10, y el Bar donde me encontraba lleno de culés, explotó de júbilo y euforia, no se quién corrió más de alegría si Pep Guardiola en la cancha o Yo alrededor del local, lo cierto es que gané al apuesta, fuí muy feliz y salí del local sintiéndome más blaugrana que cuando llegué.
Si esto no es pasión...entonces que ¡¡¡¡
Yo Blaugrana
